Basílica de Santa María
Es uno de los más bellos ejemplos del gótico tardío vasco. Fue construida en el s. XV sobre un templo románico anterior del s. XIII.
El edificio, de tres naves, está rematado por una girola, llamando poderosamente la atención el juego de arbotantes y contrafuertes, estos últimos rematados con pináculos bellamente decorados.
Del interior de este templo con categoría de Basílica, destacan sus capillas, el ornamentado triforio que lo recorre y el maravilloso retablo gótico- flamenco cuya policromía es del maestro Juan García de Crisal. Su labra terminó probablemente hacia el año 1516 tras cinco años de trabajo. Este retablo, policromado y bañado en oro, está considerado el tercero más grande del Estado tras el de Toledo y Sevilla.